Dependencia de las benzodiazepinas

Dependencia de las benzodiazepinas
Especialidad psiquiatría
eMedicine Bztox/813255

La dependencia de las benzodiazepinas o la adicción a las benzodiazepinas es una condición en la cual una persona es dependiente de un medicamento benzodiazepinico. La dependencia puede ser tanto psicológica como física o una combinación de ambas. La dependencia física sucede cuando una persona desarrolla tolerancia a las benzodiazepinas y como resultado de la tolerancia fisiológica y de los síntomas de abstinencia desarrolla una dependencia física, que se puede manifestar durante una reducción de la dosis o una suspensión del consumo como un síndrome de abstinencia de las benzodiazepinas. La adicción, o lo que es a veces llamado dependencia psicológica, incluye el abuso y la necesidad imperiosa de consumir la droga no para aliviar los síntomas de la abstinencia, sino para experimentar sus efectos eufóricos o intoxicantes. La adicción a las benzodiazepinas puede también incluir a personas que las toman normalmente, tal como fueron prescritas por su médico, pero no pueden parar de consumirlas frente a un efecto adverso. Es importante diferenciar la adicción y abuso de la dependencia física de la benzodiazepinas. La dependencia física es típica en los consumidores de largo plazo de benzodiazepinas recetadas, pero el abuso y la adicción no es típico en los consumidores bajo control médico.[1][2]​ El aumento de la inhibición GABAA causada por las benzodiazepinas es contrarrestado por el cuerpo desarrollando tolerancia a los efectos del medicamento; el desarrollo de la tolerancia ocurre como resultado de adaptaciones neuronales, que derivan en una disminución de la inhibición GABA y un aumento de la excitabilidad del sistema glutamato. Estas adaptaciones suceden como resultado del intento del cuerpo de superar los efectos depresores en el sistema nervioso central del medicamento para restablecer la homeostasis. Cuando las benzodiazepinas son suspendidas, estas adaptaciones neuronales son «desenmascaradas» lo cual causa una hiperexcitabilidad del sistema nervioso y la aparición de síntomas de abstinencia.[3]

El grupo más grande de gente dependiente de las benzodiazepinas es la que consume una dosis terapéutica. Estas personas no suelen aumentar sus dosis a niveles altos o abusar de su medicación. Hay grupos más pequeños de gente que sí aumenta la dosis o abusa de otras drogas. La tolerancia a los efectos anticonvulsivo, hipnótico y relajante muscular, aparece en días o semanas y tras cuatro meses hay poca evidencia de que las benzodiazepinas mantengan sus propiedades ansiolíticas. Algunos autores no están de acuerdo y creen que las benzodiazepinas mantienen sus propiedades ansiolíticas.[4]​ Sin embargo, el tratamiento a largo plazo con benzodiazepinas puede ser necesario ante determinadas condiciones clínicas.[5]

La dependencia y el abuso de las benzodiazepinas ha sido un tema de gran preocupación desde el 2002. Basados en conclusiones extraídas de una compilación anual hecha en Estados Unidos llamada TEDS – «Treatment Episode Data Set» o en español, Conjunto de datos de episodios de tratamiento – que detalla las características de los pacientes atendidos en instalaciones de tratamiento por abuso de sustancias. Los ingresos debido al consumo de «tranquilizantes primarios» – categoría que incluye pero no está limitada a la familia de benzodiazepinas – aumentó un 79% entre 1992 y 2002. De este modo el informe TEDS junto con el informe DAWN – «Drug Abuse Warning Network» o en español, Red de Advertencia sobre Abuso de Drogas – demuestran claramente que el abuso de hipnóticos−sedantes esta en aumento y son motivo de preocupación.[6]

La cantidad de prescripciones de benzodiazepinas ha ido disminuyendo, principalmente debido a la preocupación de la dependencia. A corto plazo, las benzodiazepinas pueden ser una medicina efectiva para la ansiedad aguda o el insomnio. Para el tratamiento a largo plazo hay otras terapias, tanto farmacológicas como psicoterapéuticas, que son más efectivas. Esto se debe en parte a la mayor efectividad, a lo largo del tiempo, de otras formas de terapia e incluso debido a un eventual desarrollo de una tolerancia farmacológica a las benzodiazepinas.[7][8]

  1. Uzun, S.; Kozumplik, O.; Jakovljević, M.; Sedić, B. (Mar 2010). «Side effects of treatment with benzodiazepines». Psychiatr Danub 22 (1): 90-3. PMID 20305598. 
  2. O'brien CP (2005). «Benzodiazepine use, abuse, and dependence». J Clin Psychiatry 66 (Suppl 2): 28-33. PMID 15762817. 
  3. Allison C, Pratt JA (mayo de 2003). «Neuroadaptive processes in GABAergic and glutamatergic systems in benzodiazepine dependence». Pharmacol. Ther. 98 (2): 171-95. PMID 12725868. doi:10.1016/S0163-7258(03)00029-9. 
  4. Haddad, Peter; Deakin, Bill; Dursun, Serdar (27 de mayo de 2004). «Benzodiazepine dependence». Adverse Syndromes and Psychiatric Drugs: A clinical guide. Oxford University Press. pp. 240-252. ISBN 978-0-19-852748-0. 
  5. Cloos JM, Ferreira V. (enero de 2009). «Current use of benzodiazepines in anxiety disorders». Curr Opin Psychiatry 22 (1): 90-95. PMID 19122540. doi:10.1097/YCO.0b013e32831a473d. 
  6. Licata SC; Rowlett JK (2008). «Abuse and dependence liability of benzodiazepine-type drugs: GABA(A) receptor modulation and beyond.». Pharmacology Biochemistry and Behavior 90 (1): 74-89. PMC 2453238. PMID 18295321. doi:10.1016/j.pbb.2008.01.001. 
  7. Puri, Basant K.; Tyrer, Peter (28 de agosto de 1998). «Clinical psychopharmacology». Sciences Basic to Psychiatry (2nd edición). Churchill Livingstone. pp. 155-157. ISBN 978-0-443-05514-0. Consultado el 11 de julio de 2009. 
  8. Longo LP, Johnson B (abril de 2000). «Addiction: Part I. Benzodiazepines--side effects, abuse risk and alternatives». Am Fam Physician 61 (7): 2121-8. PMID 10779253. Archivado desde el original el 12 de mayo de 2008. Consultado el 30 de septiembre de 2012. 

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